El poder de las listas

Foto por Maddy Morrison

Foto por Maddy Morrison

Te invito a darles otra oportunidad a las listas

Por Paola del Castillo Avendaño 

Cuando era niña me llamaba mucho la atención lo ordenada que era mi mamá. A pesar de ser una mujer muy ocupada siempre llevaba un buen control de todo, desde la casa, los pagos, gastos y hasta cuando viajábamos. 

Más adelante, además del buen ejemplo que tuve de mi mamá, en un trabajo tuve una jefa muy organizada. Ella me enseñó a llevar el orden a un nuevo nivel, mostrándome cómo priorizar los pendientes.

 Muchas de esas buenas costumbres se han convertido en parte de mi vida y me han ayudado a ser organizada en mi trabajo, en mi casa, en la iglesia y con mis propios hijos. 

Este artículo tiene el propósito de darte ideas para organizar las actividades en tu vida. Porque en realidad, ¿quién tiene tiempo para todo? A veces sentimos que no hay tiempo para nada. Pero después nos damos cuenta de que haciendo algunos ajustes y usando herramientas como las listas, las agendas y  plumitas de colores, con ayuda de Dios, encontramos tiempo para casi todo. 

Aquí comparto algunos consejos que me han ayudado.  

Al viajar:

Días antes de salir de viaje, mi mamá tomaba una hojita de papel y una pluma, y hacía una lista de cosas que se le ocurrían para meter a la maleta.Incluía la ropa, zapatos y hasta las cosas del baño. También empacaba la maleta de mi papá, para evitar que se pusiera calcetines con huaraches o que su ropa no combinara. 

Gracias a este buen método nunca se nos olvidaba nada, porque todos cooperábamos con la dichosa lista y si se nos ocurría algo, lo apuntábamos para no dejar nada fuera de la maleta. 

Yo actualicé esta técnica usando la tecnología. En una hoja de excel escribí todas las cosas que usaba para mis viajes, tanto para ir a la playa como para ir de campamento a un lugar boscoso. Con el tiempo le fui añadiendo más cosas y ahora tengo una súper lista con todo lo que podría necesitar. Obviamente la cantidad de cosas necesarias depende mucho de la duración del viaje y dónde me voy a hospedar, pero en general ha sido de muchísima ayuda. 

Cuando me casé, también agregué a la lista las cosas de mi amado esposo. Él es todo lo contrario a mí y hace su maleta cinco minutos antes de salir. A veces pienso que si solo llevara su cepillo de dientes, un calzón y un desodorante podría vivir por meses en otro lado. Pero para ayudarle a ser más civilizado, pensé en una solución. Mi lista me ayuda a recordarle las cosas que creo que podría ocupar y que no debe olvidar. 

Ahora tengo dos pequeños y una perrita y ya todos tienen su propia lista para viajar. ¡Nadie se salva! Incluyendo cosas aparentemente triviales como sus juguetes para el camino y para el lugar de destino. También están las importantes como sus medicinas en caso de estar enfermitos o por si se llegan a sentir mal. 

Al enfermar:

Otra cosa que me ha servido muchísimo es apuntar los pendientes después de ir a consulta con el doctor. 

Cuando algún miembro de mi familia se siente mal, apunto el día y la hora en que tuvo evacuaciones,  o cuando comenzó a tener temperatura y otros síntomas.  Esto me ayuda para que al llegar al doctor pueda darle toda la información importante para que él haga un buen diagnóstico. 

Después de ir al doctor y traer la receta con los medicamentos, anoto en un cuaderno cada medicamento con la dosis, los horarios y los días para tomarlo, de manera que al irlos dando, le voy poniendo una palomita para saber que ya está listo y no medicarlos por más días de lo indicado, ni perder la cuenta de los horarios. Además de eso, programo alarmas en mi celular, que complementan mis listas. 

Al vivir el día a día: 

Por ejemplo, para la rutina de mis hijos, las alarmas en el celular me ayudan a recordar la hora de la siesta, del baño, de la comida y más.   

De igual forma, fue muy útil hacer una lista con las cosas que debo empacar diario en la pañalera de los niños cuando van a la guardería o a otros sitios. Porque no importa cuántas veces haga la maleta, si no veo la lista, siempre se me olvida algo. No puedo confiar en mi cerebro para eso. 

Al comprar despensa:

Otro recurso que tengo es un bloc de notas con imán pegado el refrigerador. Cuando se termina algo de la despensa, corro al refri para apuntar lo que compraré en mi próxima visita al súper. Si es mi esposo el que irá de compras, le tomo foto a la lista y se la mando por mensaje. 

Al limpiar la casa:

Hay algunas cosas que de no apuntarlas, se me olvidan: limpiar el refrigerador, trapear abajo de la lavadora y otros muebles pesados cada cierto tiempo o quitar el cochambre en las partes difíciles de alcanzar en la cocina. 

Cada quién sabrá con qué frecuencia necesita limpiar estas cosas. Lo importante es agendar esos pendientes y respetarlos como una verdadera cita. 

Agendar, agendar y ¡agendar!:

Por años utilicé agendas y ahora me he mudado al mundo mágico de la nube y las agendas electrónicas, todo desde mi celular. En mi computadora tengo cuatro calendarios: uno personal, uno familiar, el de la iglesia y el del trabajo. Cada uno tiene un color distinto y diario lo reviso. Me recuerdan cumpleaños, citas médicas, fechas límite de pago, etc.  

Lo mejor es que todo eso lo apunto solo una vez. Le asigno un horario y un color y lo configuro para que se repita cada cierto tiempo. 

Al acercarse una fecha importante:

Cuando me iba a casar y cuando me enteré de que sería mamá, la información parecía abrumadora, así que fui agendando lo que iba a necesitar para prepararme. 

Hice listas y carpetas en mi computadora: cotizaciones, fechas límites de pago, personas involucradas, y más. Incluí todo lo que consideré necesario para ayudarme a tomar buenas decisiones. 

Al gastar:

De lo peor que me ha pasado es gastarme toda la quincena antes de recibir el siguiente pago. ¡Es horrible! Por eso tengo una lista de los gastos fijos y están anotados también en mi agenda, esto me ayuda a planificar y a tener un presupuesto sólido.  

También priorizo en mi lista otros gastos. Así cuando entra dinero extra, lo usamos para las necesidades que anoté allí como arreglos en la casa o viajes.  

Al respaldar información en la computadora:

Algo muy importante que debemos recordar es siempre tener un respaldo de nuestra información. 

Yo tengo agendados los respaldos que hago de las computadoras. Eso incluye las fotos que he tomado con mi celular, los archivos para mi trabajo y cosas de la iglesia. Todo lo guardo en al menos dos discos duros extraíbles, uno en mi casa y otro en la oficina. Si le llegara a pasar algo a mi computadora, tengo mi vida entera en otro lado y no moriré del susto. 

Al decidir algo importante:

Algunas decisiones importantes tienen demasiadas variables a considerar, en ese caso me es útil hacer listas de pros y contras. Por ejemplo, al investigar sobre escuelas para los hijos o al escoger dónde vivir.     

Al archivar:

Mi papá tenía un buen método para organizar los papeles importantes. Por ejemplo, siempre guardaba los recibos de pagos, cartillas de vacunación, garantías de aparatos, etc., en su respectivo folder dentro de un archivero de cartón. Cada cierto tiempo lo depuraba para conservar solo lo necesario y útil. 

Cuando me casé compré mi propio archiverito y folders de diferentes colores para identificar más rápido los papeles de mis hijos, o de mi esposo, y diferenciar los que son relacionados a su salud (recetas del doctor, ultrasonidos, radiografías, etc.), recibos bancarios, etc.

 Por otro lado, muchos recibos y pagos ya se hacen por internet, para lo cual siempre es útil guardar los comprobantes en carpetas que tengan el año y la categoría del pago. Nunca está de más tenerlos, para cualquier aclaración. 

Al recordar cosas lindas del pasado:

De  mi papá aprendí otras cosas buenas. Él le ponía fecha a todas nuestras fotos familiares en la parte de atrás, para no olvidar qué edad teníamos o en qué época se habían tomado. En la actualidad tenemos tecnología que nos ayuda a guardar nuestros recuerdos familiares en lugares seguros.

Yo he organizado mis fotos en carpetas por año,  por evento o por nombre de los miembros de mi familia.  

Libretas extra:

También tengo libretas en mi coche, en mi bolsa y en el buró de mi recámara, pues en los momentos más inesperados llegan ideas de pendientes que debo anotar.  

En mi celular escribo en la app de notas mis pendientes urgentes y no tan urgentes. Separo las cosas que son de mi casa y los pendientes que tengo en la oficina.   

Qué pasa si no quiero hacer nada de esto.

Todo lo anterior no sirve si solo apunto pero no hago caso a mis listitas. Lo más importante es ser  consistente con mi sistema.  

¡A mí me encanta marcar los pendientes como terminados! 

Recuerda que Dios nos creó con diferentes dones. Para unos, el hacer listas y estar organizados requiere un esfuerzo extra, para otros es natural, así que podemos compartir nuestro don con el mundo.

Recuerdo una ocasión en que mi esposo se llevó mi visa en vez de la suya a un viaje. Me llamó del aeropuerto y tuve que correr orando desesperada para llevársela. Cuando le comentamos esto a nuestra amada maestra de estudio bíblico, la hermana Liz Isáis, ella me hizo un comentario que me hizo reflexionar bastante. Me dijo: “Chula, esto no fue culpa de tu esposo, sino tuya, porque dejaste de ser su ayuda idónea”.  

Yo esperaba que ella regañara a mi esposo por desorganizado, pero no fue así. Entendí que como en mi caso soy yo la que tiene el don de organización, me corresponde usar mis listas para bendecir a mi esposo y a quienes me rodean en general. 

Si para ti las listas solo son un instrumento de tortura y algo que te genera mucho más estrés que alivio, te invito a darles otra oportunidad. Es importante que encuentres tu propio método. Existen muchas aplicaciones que ayudan a recordar los pendientes, horarios y pagos. Por ejemplo: Wunderlist, Google calendar, Notas Keep, Light Notes, etc. Aunque no tengas memoria de teflón como yo, te serán muy útiles.


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