Bienaventuranzas del Eneagrama
Recibe lo que te corresponde según tu número del Eneagrama
Por David Gate
UNO
Bienaventurados los concienzudos
que observan cada paso
del camino angosto,
que nunca se traicionan a sí mismos
ni al bien que buscan
el cual ya vive dentro de su corazón
y que solo percibirán
al depositarlo
en las manos de Dios.
DOS
Bienaventurados los empáticos
cuyo corazón se ajusta por igual
en sincronía y tempo
al de su prójimo o hermano o amado
sin esfuerzo alguno
intuyendo que el amor no es transacción
sino conversación
y que cada clamor
merece contestación.
TRES
Bienaventurados los incansables
cuyas alas extendidas
son lo suficientemente amplias
para ascender a la pálida expansión celeste
de alturas inimaginables
hasta que descansan
con la opción de ofrecer
su emplumada cubierta
y abrigar a aquellos
que sueñan como ellos.
CUATRO
Bienaventurados los de corazón abierto
que como faro
transmiten su canción
y sienten todo intensamente
así como la piel húmeda
distingue el frío del viento
y colocan su esperanza en una botella
que lanzan al mar
rogando encontrar
a quien le interese leerla.
CINCO
Bienaventurados los inquisitivos
que buscan crecer en
entendimiento
profundidad y belleza en el mundo
y que encantados al
explorar cada faceta
del diamante que refracta luz
y los espejos en la superficie,
se miran a sí mismos
y por fin ven la verdad.
SEIS
Bienaventurados los inquebrantables
que adornan las montañas
en toda temporada
y que perennes, mientras el invierno despoja
a otros de sus hojas,
permanecen florecientes
como testigos apacibles de la verdad
de que siempre hay vida
que atesorar y
nunca estamos solos.
SIETE
Bienaventurados los entusiastas
que reciben cada momento
como un regalo nuevo
desenvolviendo la curiosidad
con contagiosa alegría
compartiendo sin darse cuenta
el incesante espíritu de la vida
escondido dentro de nosotros
que despierta
cuando ellos están cerca.
OCHO
Bienaventurados los combativos
que no requieren
permiso del hombre
para encaminarse hacia la aventura
donde no existe mapa
para guiar el camino
y confían en el compás
dentro de sí mismos
haciendo sendero donde no lo hay
para que otros lo sigan.
NUEVE
Bienaventurados los que armonizan
y sienten
el silencio resonante
que puede
transformar entre nosotros la contramelodía
en sinfonía
guiándonos a entender el lenguaje
de la comprensión
y nos hablan
como en un arrullo.
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