Eres tú, no soy yo
Foto por Irais Téllez
«Es por ti que esto no funciona»
Por Johanna Ochoa
Seguramente has escuchado la famosa frase: «No eres tú, soy yo». Incluso, quizá te la han dicho o tú misma la has usado.
Esta frase es clásica cuando buscamos terminar una relación amorosa y no queremos ser sinceros con la otra persona al decir: «ya no quiero estar contigo». Así que maquillamos nuestras intenciones con: «Tú eres increíble y mereces a alguien mejor. Yo no soy la persona para ti, no eres tú, soy yo».
Platicando con una amiga acerca de lo complicadas que son las relaciones amorosas, me di cuenta de que esa famosa frase, hoy en día se ha invertido y ahora declaramos: «eres tú, no soy yo».
Antes, asumíamos cierta responsabilidad y admitíamos: «yo soy culpable». Ahora solo acusamos: «es por ti que esto no funciona».
Creo que es hora de dejar de buscar pretextos y de culpar a otros. Si en verdad queremos que la relación funcione, veamos qué es lo que nosotros estamos haciendo mal, para saber cómo mejorar y esforzarnos más. Recordemos que el orgullo es un estorbo para el que quiere ser íntegro y honesto.
Necesitamos trabajar más en nosotros mismos, identificar nuestras debilidades y entregárselas a Dios para que Él pueda transformarnos y de esa manera reflejemos a Cristo en nuestras relaciones.
Como dice el apóstol Pablo: «No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta» (Romanos 12:2).
Dejemos de decir: «no eres tú, soy yo» o «eres tú, no soy yo» y mejor propongamos: «Los dos debemos trabajar, mejorar, orar, esforzarnos más y dejar que Cristo actúe y nos dirija».
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